Reformularon el modo de
trabajar y concretaron talleres de murgas en los barrios Trocha y Esperanza
durante el 2015. Marcando su identidad murguera, la murga que hizo su
presentación el año pasado, llegará a la Avenida 29 con 150 integrantes.
Fueron
la revelación de los carnavales del año pasado. Comenzaron como un grupo de
amigos que iban a la cancha a ver a Boca Juniors y de un momento a otro se
vieron creando una murga, un estilo de vida diferente y con un compromiso
social también diferente. Hoy, la Murga de la Ribera, se prepara para su segundo
año como atracción de los carnavales mercedinos a un mes de la primera noche.
En
la rampa de uno de los galpones de La Trocha, la Murga de la Ribera ensaya
todas las tardes. En un parate, Lucas Melo, el director general del grupo,
recuerda cómo comenzaron y cómo transitaron un año de crecimiento constante.
P: Después de haber
hecho su presentación en los carnavales pasado, en donde fueron una revelación
para el público. ¿Cómo se prepararon para este año?
L:
Fue un año totalmente diferente. El año pasado buscábamos una identidad y
empezábamos a entender lo qué es ser una murga, qué se permite y qué no. Y lo
que queríamos en la murga. Debates que tuvimos en los inicios. Hasta debates en
la organización. El año pasado fue algo como ‘salió lo que salió’. Aprendimos
mucho. Este año la empezamos de otra forma. Empezamos trabajando en los
barrios. Armamos talleres recreativos en los barrios Trocha y Esperanza, la
mayoría de los chicos son de estos barrios. Queríamos ir más allá de los ensayo
y vimos que, por ejemplo, los chicos necesitaba apoyo escolar durante el año, y
el tema de la música y el baile fue fundamental para arrancar con los ensayos.
En los talleres explicábamos los pasos de baile, qué significado tenía cada
uno, la importancia histórica de la tradición. Nos sirvió mucho para incluir a
los chicos del barrio a la murga. Hoy, la organización de la murga fluye y se
nota mucho. Los directores de ala tienen su responsabilidad específica,
mientras el año pasado, éramos todos los que hacíamos todo.
P: ¿Cómo vincularon los
talleres de murgas con la ayuda escolar y social?
L:
En los ensayos las madres nos decían que los hijos no querían estudiar por
venir a la murga. Eran felices en la murga, pero algunos no sabían leer ni
escribir. Por eso dijimos, si la murga está para que salgan de la rutina,
queríamos estar en la rutina también. No podíamos ser solamente el escape.
Buscamos abrazar las necesidades de los chicos y de sus familias. En los
barrios hay situaciones complicadas con muchos conflictos. En el grupo hay
maestros que aportaron su ayuda, sin ser una organización social. Además de los
talleres de baile y percusión también dimos cine, les festejamos los
cumpleaños. Los barrios sintieron nuestra intervención. Pero llegó un punto que
terminamos los talleres para arrancar los ensayos y nosotros aprendimos
muchísimo en esa experiencia.
P: ¿Más allá del trabajo
con los talleres, este año les permitió conocer a otras murgas y otros
murgueros de la región?
L:
Sí. Nos invitaron de muchos lados y nosotros también organizamos el Día del
Murguero. Convocamos y contactamos a otras murgas. Cuando terminó el corso de
Mercedes, estuvimos en Chivilcoy y en Luján. Ahí hicimos buenos amigos con las
murgas de allá. Participamos de un encuentro de murgas en Trenque Lauquen. Esto
también nos ayudó a crecer. Intercambiar ideas, conocer cómo son otras murgas,
nos hizo aprender la música y la vida del murguero. Nosotros arrancamos con
música de cancha y ahora hacemos música de murga.
P: El año pasado, se
presentaron teniendo como temática el barrio de La Boca. Había tango, por
ejemplo. ¿Qué se verá este año?
L:
El tango fue extraordinario para mí. Haberlo incluido, me encantó. Pese a que
muchos lo criticaron. Era la fantasía de la murga y creemos que la fantasía no
tiene que ser murgueros y tiene que ser algo extra por fuera de la murga que
refleje lo que queremos. El tango reflejó exactamente lo que nosotros
queríamos. Este año seguimos por el mismo camino. No haremos hincapié solamente
en el tango, sino en otras cosas que tiene el barrio de La Boca. El tema del
club de futbol se cerró. Hoy tenemos una identidad murguera. Sentimos la murga,
tiene pertenencia a la murga. Se concretó la identidad que buscábamos el año
pasado. La base sigue siendo la del año pasado. Hay mucha gente nueva. Se
sumaron murgueros de otras murgas. Seguimos sumando gente. En noviembre pasado
hicimos una convocatoria. Ahora somos 135 murgueros, pero tenemos la
posibilidad de ser 150. Así que mantenemos abierta la inscripción.
La
Murga de la Ribera ensaya diariamente en un sector del predio del Centro
Cultural La Trocha. Los colores azul y amarillo están empezando a relucir con apliques
de diferentes motivos y todavía está la posibilidad de sumarse para el desfile
sobre la avenida 29 en el mes de febrero.
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