Los objetos de la cotidianeidad de la mujer en los siglos
XIX y XX están expuestos en la sala Payró del Complejo Ameghino – Marín. Hasta
el 2 de diciembre, la muestra abrió sus puertas el viernes pasado con una breve
representación teatral.
“En el siglo XIX a la mujer, por su condición
sexual, se la educaba para el matrimonio: saber lavar, cocinar, planchar, coser
y bordar; y primordialmente para tener hijos y ser madres, si biología
predeterminaba su destino y su papel en la sociedad… pero hubo algunas que
‘rompieron el molde’” y son precisamente ellas las que están representadas en
la exposición de objetos históricos en la sala Roberto Payró del Complejo
Ameghino – Marín.
El
viernes abrió sus puertas la muestra con la participación actoral de Gabriela
Lorusso y Pepe Jaramillo haciendo un fragmento de “Bouquet de Ausencias” y la
vida de Sofía Miguez, una de esas mujeres, mercedina ella, que supo romper el
molde y que representa los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX.
Luego,
los presentes en el acto inaugural, ingresarían a la sala que expone los
distintos objetos de la historia. En ese ámbito, la Directora del Complejo
Diana Manos se dirigiría a los presentes para recordar el convenio realizado
con el Museo de Luján, así como la disposición legislativa local de declarar la
muestra de interés comunal y agradecer a todas aquellas personas e
instituciones que facilitaron la instalación de la muestra.
“Mujeres
en Voz Baja, el lado femenino de nuestra historia, intenta advertir la
importancia de aquellos aportes acallados o desconocidos, obrado por las
mujeres en el ámbito de nuestro país, a lo largo de los años del siglo XIX y
principios del XX. Ilumina a las mujeres que diariamente cargaban sobre sus
espaldas el peso de la historia, las que rompían los moldes que se les pretendían
imponer, lo que se dijo de ellas y lo que ellas dijeron en sí mismas, del país
y del mundo que contribuyeron a construir. Aquellas que hacían prevalecer su
impronta, sus ideas y su acción en una sociedad que no había sido creada ni
pensada para ellas, en el que hacerse oír significaba una proeza”.
“Es
por eso que el Complejo Ameghino Marín, gracias a la gentileza del personal del
Complejo Udaondo, se ha encomendado trasmitir las implicancias y circunstancias
que caracterizan el andar de las mujeres, su contexto y decisiones a través de
la exposición de objetos inherentes a su cotidianeidad; mantas, abanicos, aros,
prendas y demás accesorios propios; algunos evidentes muestras de gustos
estéticos, otros tan sólo conformes a las formas y relaciones de género.
Simples artículos de moda o elegancia, que podían, en trasfondo, ser vehículos
de mensajes y actitudes transgresoras, revolucionarias y agitadoras”, reza el
texto que desde el Museo Municipal armaron a modo de bienvenida a la muestra
que se inauguró el pasado viernes y que continuará hasta el 2 de diciembre y
que puede visitarse en los horarios habituales del Complejo Ameghino – Marín de
calle 26 y 21.
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