El sábado pasado en el Complejo Cultural Ameghino Marín se llevó a cabo la presentación del libro de Oscar Dinova titulado “Bululú Théatre, Memorias del exilio, París (1978 – 1983)". Auspiciado por Chelén Libros y la Dirección Municipal de Cultura y Educación, el libro refleja la historia de dos argentinos que se encuentran en el Metro de París.
La historia se sitúa en París donde un exiliado y un titiritero (Horacio Peralta, que para la presentación del libro deleitó al público con tres breves historias y sus exótivos personajes), en fuga de la sangrienta dictadura argentina, se encuentran por azar y dan inicio a una entrañable aventura, sobrellevar el destierro y sus tormentos, adaptarse a un nuevo mundo, mientras dan vida a un espectáculo subterráneo, fascinante y enternecedor… Militancia, bohemia, recuerdos y amores al abrigo de la Ciudad Luz son aspectos desarrollados en esta conmovedora historia.
Fragmento - Bululú Théatre
"… Algo había en esa música lejana, remota y confusa que había llamado mi atención en aquella estación de subte-tren en los alrededores de París en ese mes de Noviembre de 1978. Que pudo ser si en realidad no se podían escuchar nítidamente los acordes, que me pudo convocar a sacarme de mis pensamientos, tampoco lo sabré. Lo cierto es que por alguna extraña y fortuita razón habíamos quedado solos en aquel andén, yo por razones inescrutables y sin importancia, él por causas que la creatividad y el talento justificarían.
Lo cierto es que, entre el tiempo en que tardaba una formación y otra, el andén se convertía en una inmensa galería desierta, sin testigos ni presencias que adulteraran la naturaleza de las cosas, algo llamó la atención, seguramente lo atareado que estaba el sujeto, o la soledad que nos rodeaba. Para los que nunca han ido o los que no lo harán, el RER francés es un sistema de subtes rápidos que atraviesa los cuatro puntos cardinales de la capital en tiempo récord, en la ocasión transcurrían entre tren y tren unos 15 ó 20 minutos, a eso se le sumaba que, luego de las abultadas colas tempranas de la mañana, los usuarios se hacían más ralos y escasos hasta que la tarde los devolviera atormentadamente a sus hogares o sus paseos.
Lo cierto es que estábamos él y yo, solos en ese andén y por algún impulso decidí levantarme e ir a su encuentro.
- Ye ne parle trés bieen le francés.¿ques que tu fes? le descerrajé en un atormentado francés.
Me miró entre desconcertado y absorto, terminó de sacarse un extraño guante, lo guardó en forma muy prolija en su bolso y me respondió en un argentino impecable;
- Si yo hago mi número como vos hablás francés mejor me vuelvo.
El pelo lacio y canchero cayéndole a un lado de la cara no me impidieron poder ver su sonrisa a la sazón socarrona. En esa respuesta estaba el germen del genio de Horacio Peralta. ¿cómo podía saber él que yo era argentino?¿cómo podía saber él que yo era alguien que me podía interesar en lo suyo o en quién podría confiar un secreto? Intuición de artista, carácter arriesgado y temerario, lo cierto que todo empezó ahí.... En París existían en esos años más de 500 estaciones de subte, entonces algo o alguien nos juntó aquel día... "
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