Obras propias y de
artistas mercedinos con los que compartió exposiciones en todo el país están
expuestas hasta fin de mes en el MAMM.
Hace más de diez años que no expone sus
pinturas. Fue jurado de los salones de pintura de la ciudad, y pensaba que su
obra había sido vista y revista. Sin embargo, Eduardo Godino fue impulsado por
la dirigencia del Museo de Arte “Municipalidad de Mercedes” a que muestre sus
trabajos. De algo se dio cuenta, las nuevas generaciones de pintores que él
evalúa cada año, no conocía toda su obra. Es así que accedió y ahora,
diferentes etapas pictóricas de Godino se exponen en el MAMM hasta fin de mes.
“Me convencieron de hacerla. Estoy pintando
poco ahora porque me dedico a otras actividades. Pensaba que mi obra estaba
vista, pero me picó eso que me dijeron, que los jóvenes no me conocen. Tanto
que luché por la Escuela de Arte y por un Museo de Arte, los artistas plásticos
de ahora no conocían todo lo que hice”, contó Godino que muestra sus obras
geométricas, pero también sus trabajos iniciales dadaístas, collages algo desconocidos
y extraños al estilo que identifica a Eduardo Godino.
A la hora de seleccionar las obras que
expondrían, los recuerdos y las emociones fluyeron. Cada momento volvió y
movilizó. “Recordé cuando íbamos a Córdoba, a Rosario, exponíamos donde nos
invitaban. Lo tenía dormido y se removió todo. Son cuarenta años de trabajo.
Éramos pocos pintores, nos veían medio mal, éramos raros. No era fácil pintar
en los años del Proceso por ejemplo. Lo que queríamos expresar estaba en la
pintura. Ahora con la Escuela de Arte son cientos los chicos que pintan y es
más natural”, agregó.
Eduardo además eligió obras de los artistas
con los que compartió viajes y exposiciones durante varios años. Algunos de
ellos ya no están pero sus obras sí. En una de las salas, los amigos de Godino
son los protagonistas, amigos como Octimio Landi, Héctor Cueto, Fifo Roggero,
Cristina Cordal, Carlos González Coviello, Domingo Carella, Miguel Ángel
Rodríguez, César Lalla, Ángela Herrero, Naque Rebagliatti, el dibujante
cordobés Salas y Luis Ferrari de San Andrés de Giles. “Son los que estuvieron
conmigo toda la vida. Algunos de ellos me apadrinaron cuando era joven. Aprendí
de ellos. Es parte de mi historia. Son los responsables de mi formación. Hay
muchos que no están, pero hoy sí están, están con sus obras y eso tiene gran
valor”, destacó el artista plástico.
Aunque también Eduardo eligió exponer una
moto de los años ’50 que restauró. Algo que marca su presente en donde los
“fierros”, que supo manejar en su juventud, volvieron para ser obras artísticas
y remodelarlas.
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